Me
enerva la impotencia
en
lo arduo del subsistir
de
muchos seres humanos.
Y
sueño con los ojos abiertos
en
la realidad de la vida;
lo
que circunda y orienta.
En
la claridad del engaño
y
la voz del pueblo,
que
hoy se quiebra.
Y
todos y todo en mí se sumerge,
emerge,
fluye y se dilata
y
me eleva y me llama
como
una exaltación de la tierra.
©María
Fuertes
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