lunes, 29 de marzo de 2010

¡A esta es!...

Silencio pueblo, silencio,

las tres de la madrugada van a dar,

se abren las puertas,

la cruz de guía aparece ya,

tras ella los hermanos nazarenos,

con cirio rojo, de negro luto y lento caminar,

por primera vez en la noche,

se escucha el característico sonido de las zapatillas al rachear.

Silencio pueblo, silencio,

que el Cristo de la Veracruz asoma ya,

la voz del capataz resuena en la fría “madrugá”

tu gente esperando con el corazón en un puño,

hasta que el paso atraviese tu portal,

y lagrimas que se escapan sin poderse remediar.

Silencio pueblo, silencio,

que bajo siete trabajaderas treinta y tantos hombres van,

al cielo, al cielo lo vais a llevar,

a fuerza de sudor y de promesas que muchos tratan de pagar.

Muchos costaleros te portaron,

otros no se deciden a dejarte de portar,

y otros no te portan porque quisiste ,

Cristo mío, llevártelos a tu lado ya,

seguro que en el cielo,

con costal, faja y zapatillas te siguen dando “chicotás”.

Mª Fernanda Peréz Barceló
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