martes, 5 de octubre de 2010

Recursos humanos (Julia Diánez)


Laura se bajó del coche. Pocas veces en su vida había dudado. Siempre había tenido las ideas muy claras. Subió a su despacho antes de la hora. Era su norma. Economista eficaz y directora de Recursos Humanos de una gran empresa de informática.
La noche no había sido buena. Su compañero sentimental hasta ayer, después de una desagradable discusión, llenó su mochila y se marchó con un “hasta nunca”. ¿Qué número hacia? No quiso contarlo. Pero nunca dejó que una relación sentimental traspasara su lado emocional. Solo el sexual. Sonrió, estaba contenta.
Al llegar vio encima de su mesa un informe. Antes de abrirlo sonó el teléfono, era su secretaria. “Buenos días, has visto el informe. El Sr. Del Valle me ha dicho que le eches un vistazo y pases a su despacho”. Lo abrió sorprendida. Pasó al despacho de su jefe. “Tienes que comprenderlo, la competencia es muy dura, son tiempos difíciles. Hay que reducir personal, te toca”. No disintió. Sería inútil lo sabía bien.
Salió a la calle, se sentó en una cafetería y abrió el informe. Detrás de cada nombre había una historia. Esta era una madre soltera, tenía que mantener a su hija. Este otro tenía hijos, mujer y una hipoteca. Aquella un marido enfermo, solo trabajaba ella. Este otro unos padres enfermos dependientes, tenía que pagar la residencia. No quería seguir, la lista incluía a su propia secretaria. Había seleccionado a mucho personal. Ahora le tocaba lo contrario. Por primera vez en su vida dejó paso a la emoción. Sacó un bolígrafo del bolso y apuntó con su puño y letra su nombre al final de la lista. Bajó al aparcamiento y dejó dentro del coche el móvil, el portátil y el bolígrafo. Todo de la empresa. Le dio las llaves al conserje junto con el informe y la orden de entregarlo todo a su secretaria, con el ruego de que ésta, se lo pasara al Sr. Del Valle.


Julia Diánez.
Editado en la Revista Cultural y Literaria "Alborada"
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