domingo, 17 de enero de 2010

Alma en la niebla



Tú,
peregrino al que atormenta
el humo de la odisea.
Odisea en la que nunca quisiste
colocar tus baluartes.
Baluartes impuestos
por los tentáculos de la noche.
Noche que invistió
de negritud hasta tu esqueleto.

Tú,
trashumante al que flagelan
las pétreas nubes de la existencia.
Existencia que abre sus fauces,
mostrando en cada diente una incógnita.
Incógnitas marmóreas que aplastan
tu alma evanescente.

Tu alma,
peregrino,
que entre piedras y humo,
transfigurada,
se vuelve sal y expira.

©Trini Reina
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