Obra de Francis Bacon
El vacío de un tiempo de amar
se abre en tus ojos oscuros,
el hueco recogido de tus manos
soporta inhábilmente el rostro aflicto.
Tus palabras fluctúan,
caen al suelo bañadas de alcohol
y las recoges y las exprimes
y quieres de nuevo empaparlas
de una cierta singladura.
El espacio de la vida, en la tuya,
se hace cada vez más exiguo
y, una luna llena de azucenas
contempla tu amargo enojo
y rueda impetuosa con ellos
como bolas secas de rastrojos
y juntos se pierden en el desierto del olvido.
María Fuertes
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