cuanto añoro tu mirada,
el timbre de tus palabras,
tu sonrisa, que en tu boca se volvía carcajada.
Si tú supieras…
Que el amor no muere con la distancia,
que permanece en lo más hondo de nuestra alma.
Que no se olvidan las ofensas,
pero que se engrandecen las alabanzas.
Que el tiempo no cura las heridas,
que cicatrizan, pero te dejan herida el alma.
Si tú supieras…
Que no importan las temporadas,
que cada día las ausencias, se te hacen más amargas,
que aprendes a conformarte,
pero no a olvidar lo que extrañas.
Cuán larga se hace la espera,
para los que saben que no pueden esperar nada.
Si tú supieras…
Que he tirado tantas veces la toalla,
que me rendí en mil y una batallas,
que hasta he pedido, a nuestro dios, ocupar tu morada,
Si tú supieras…
Que tu recuerdo es lo único que me salva,
que me das vida,
que aún siento en mi corazón,
lo mucho que me amabas.
Mª Fernanda Pérez Barceló
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